Dos tipos de imaginación

(fuente: http://leicestersramble.blogspot.com.es/2014_11_01_archive.html)

"Consideremos el concepto de "igualdad" en los dos lenguajes. Es factible, en el lenguaje sustancial, que dos individuos ocupen la misma posición (dos ciudades pueden tener exactamente el mismo número de habitantes), pero dicha condición no es posible en el lenguaje espacio-temporal (dos ciudades no pueden ocupar exactamente el mismo lugar). [...] Habitualmente, el planificador urbano acepta un conjunto de unidades de emplazamiento [...], mide las variables de cada uno de ellos y luego los agrupa de acuerdo con la semejanza de propiedades, si bien procura observar una reserva de contigüidad [...Esto implica] la conjunción entre la imaginación sociológica y la geográfica, [y] requiere un meticuloso entendimiento de dos lenguajes bastante distintos y una metodología adecuada para combinarlos [..., lo que tiende a producir] la desorientación del planificador [que trata de] combinar ideas sobre la vecindad física (generalmente pensadas en lenguaje espacio-temporal) y el funcionamiento social (habitualmente pensado en lenguaje sustancial)." (David Harvey, "Urbanismo y Desigualdad Social", Madrid, 1989)

El párrafo anterior está escrito desde el punto de vista del sociólogo ("concepto de igualdad", "reserva de contigüidad"), pero es tremendamente acertado en su esfuerzo de incorporar a la imaginación sociológica la espacial.
Podemos intentar ahora resumirlo desde el punto de vista del planificador, no con la intención de aportar o añadir nada pues el párrafo citado tiene una densidad de contenidos difícil de alcanzar, sino con la de completar la perspectiva.
La explicación podría rezar como sigue: El planificador trabaja con realidades espacio-temporales (habitantes, viviendas, manzanas, núcleos urbanos...), pero no puede tomar decisiones sin establecer propiedades genéricas a todos ellos (población, edad, edificabilidad, distancia...) que los agrupen en subconjuntos homogéneos en los que todos los individuos que cumple la propiedad en cuestión "ocupan la misma posición", o sea, coinciden, son iguales. Pero no se puede olvidar que las conclusiones que saque el planificador por este procedimiento tienen siempre que volver a sufrir el proceso inverso, o sea, a aplicarse y ponerse a prueba en un espacio en el que cada individuo vuelve a ocupar unas coordenadas espacio-temporales que lo hace diferente a cualquier otro. Es este continuo feed-back entre "imaginación sociológica" y "imaginación espacial" lo característico del trabajo del buen planificador.

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